domingo, 19 de abril de 2020

Bulbo

La noche hace escala en mis sienes,
puestas a prueba.
Quiero dormir y no recordar mis sueños,
pero la noche no quiere, no me deja.

El pecho es una bomba de relojería.
La oscuridad aparenta una calma sencilla
insolente, retadora,
          Desafiante en toda esta simplicidad.
La noche miente, no es descanso, no es inconsciencia.


Las obsesiones pertenecen a la noche,
la memoria se reboza en la noche.
Creo que la noche
no deja pasar nada. Es la Santa Inquisición de todas nuestras brujas.

Hay una impresión aquí, una emoción reveladora allá.
Hay una imagen congelada bajo diferentes filtros, vomitando y manchándolo todo.
Avanza como una picadora de hielo, que planta como un bulbo en la boca de mi estómago.
Ruego, destrózame el pecho y extírpamelo, aunque sea un lirio.