En qué piensa la gente, tan seria, tan agotada, cuando no mira el móvil, ni lee ni escucha música, y tan solo están ahí, sin centrar su atención en algo, sin prestar atención a nada.
sábado, 26 de noviembre de 2016
Línea 2 Metro Ligero
En qué piensa la gente, tan seria, tan agotada, cuando no mira el móvil, ni lee ni escucha música, y tan solo están ahí, sin centrar su atención en algo, sin prestar atención a nada.
lunes, 17 de octubre de 2016
Lucho porque no quiero (...)
"Otoño va arrancando, limpiando
las hojas que son escombros
o retales inservibles de tela"
El dolor como una práctica indeseable
como una sutura mal hecha
como síntoma de infección,
que ha empezado a emponzoñar
los pensamientos más livianos y simples.
Lucho contra las lamentaciones por inmodificables
las frustraciones autoinflingidas
y la querella victimista del desencanto.
Voy por donde quiero, ando con mis pies, arrastro la arena y la gravilla, y me quito un chino del zapato,
yo,
que elegí aquella playa
aquel barro
y aquella pared vertiginosa.
No voy a ser quejumbre ni plañidera de oficio.
Reñidme si lloriqueo.
No dejéis tampoco vosotros que me convierta,
en una de esas caras mustias del ascensor.
las hojas que son escombros
o retales inservibles de tela"
El dolor como una práctica indeseable
como una sutura mal hecha
como síntoma de infección,
que ha empezado a emponzoñar
los pensamientos más livianos y simples.
Lucho contra las lamentaciones por inmodificables
las frustraciones autoinflingidas
y la querella victimista del desencanto.
Voy por donde quiero, ando con mis pies, arrastro la arena y la gravilla, y me quito un chino del zapato,
yo,
que elegí aquella playa
aquel barro
y aquella pared vertiginosa.
No voy a ser quejumbre ni plañidera de oficio.
Reñidme si lloriqueo.
No dejéis tampoco vosotros que me convierta,
en una de esas caras mustias del ascensor.
miércoles, 5 de octubre de 2016
Las nubes rosas
"Aprovéchate de cada vista, del espejo de cada ventana
al mundo, abre los brazos y respira, aspira la ciudad con ojos y pulmones"
Las nubes rosas de Madrid
en el precipicio de mi ventana.
Cruzan mis ojos, rebotando contra el caos
bien dispuesto sobre la silla, la habitación hasta
la puerta de aire, el contacto directo,
la exposición de lleno.
Hay una yema de huevo yaciendo, creciendo,
entre las cumbres urbanas, irregulares.
Todos se va llenando, o más bien despojando,
de todo su secreto.
Vetas blancas de un avión
serpientes y dragones de escamas perla,
sin cabeza a la vista, sin extremos.
Nubes rosas envueltas en clara y yema,
venid mañana otra vez
a mis ojos hinchados de sueño,
plantadme una mirada
y luego un salto al cielo.
jueves, 18 de agosto de 2016
De las cosas que no miramos
porque andamos siempre con la cabeza hacia abajo.
son como el aroma del café
cuando llegas a casa,
o amaneces
y el olor te da la bienvenida.
Te avisa de que hay vida ahí fuera,
de que hay alguien ya en movimiento.
Ese olor te reanima, te reconforta,
se cuela por los sentidos grano a grano molido,
hasta la cabeza, hasta el corazón.
Te avisa de que hay que despertar,
¡despierta! De que también es tu hora.
Agita tus ideas, alborótalas, aviva la sangre.
Hay personas como el café, digo,
como una llamada de atención,
como el agua fría que despeja,
sin coacción alguna.
Penetran y pellizcan la conciencia,
porque aún estamos dormidos, inertes,
en estado de mediocridad,
y nos falta, nos hace mucha falta,
el café por las mañanas.
Especialmente porque aún no se ha escrito el día.
porque andamos siempre con la cabeza hacia abajo.
Café
Algunas personas, entes, animales,son como el aroma del café
cuando llegas a casa,
o amaneces
y el olor te da la bienvenida.
Te avisa de que hay vida ahí fuera,
de que hay alguien ya en movimiento.
Ese olor te reanima, te reconforta,
se cuela por los sentidos grano a grano molido,
hasta la cabeza, hasta el corazón.
Te avisa de que hay que despertar,
¡despierta! De que también es tu hora.
Agita tus ideas, alborótalas, aviva la sangre.
Hay personas como el café, digo,
como una llamada de atención,
como el agua fría que despeja,
sin coacción alguna.
Penetran y pellizcan la conciencia,
porque aún estamos dormidos, inertes,
en estado de mediocridad,
y nos falta, nos hace mucha falta,
el café por las mañanas.
Especialmente porque aún no se ha escrito el día.
viernes, 5 de agosto de 2016
Verano; encuentro con tu reflejo
(I)
Silencio, es lo que suena,
reverbera y se escucha
después de las dos de la tarde
en mi ciudad.
Las persianas bajadas, y las puertas y ventanas
cerradas a cal y canto,
como si la Peste fuera a caer
en la hora de la siesta.
Hoy corre cierto aire malcriado,
quedándose a vivir en el rizo de los toldos,
en las barandas de las azoteas.
Nadie sale a recibirlo,
no al menos que yo aviste,
desde mi pabellón de diosa
al lado de la ropa que se seca.
(II)
Recuerdo sus besos como raspas de pez
en mi garganta,
desgarradores y llenos de desesperación,
de anticipación al final.
Ahora hay nuevas bocas.
Su boca parece pequeña,
delineada como en una pintura,
vibrante y cazadora luego,
cuando aprendí también que era
grande y expansiva,
como una onda que tunela.
Esa boca de piñón, de niño perdido
que anhela ser pirata de Garfío.
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