domingo, 25 de mayo de 2014

Nos vemos en el camino



 

“Volveremos donde la lluvia nos pilló desabrigados,

y donde nos secábamos al sol del mediodía”


Cuando presentíamos que el cambio estaba tan lejos, 

distante como la luna.



Pasaban los años, y las mujeres, y hombres,
y el cielo, que por supuesto no cambiaba a simple vista.
Era un océano de hacer y deshacer, de elegir.

Estábamos a la vuelta de la esquina.

Todos optamos por jugar y desaparecer,
dejando mucho más que una nube de humo.
Nos cogimos una mochila y los mejores recuerdos,
que perduraron aún más bellos en la memoria, otros sin embargo se diluyeron lentamente.

Rasantes, rasantes, perdimos el control de los años,
y los meses se suceden sin que podamos reaccionar.
Aquí estoy, en una punta azul del mundo, y los demás repartidos
por otros lugares aún más pintorescos.
Teníamos una idea de lo que podía pasar. Apostamos cómo acabaríamos, cómo nos trataría el porvenir. ¿Coincidiríamos de nuevo fuera de la antigua ciudad?
 
A veces nos asomábamos a las terrazas, los que habitábamos en la calidez,
buscando un guiño de aquellos años.
Otros suplían la inesperada nostalgia con fotos,
otros vivían ajenos en nuevas rutinas frenéticas,
y puede ser que alguna vez una antigua canción del aleatorio
les transportara donde coincidieron con tan dispares gentilicios.
A ese tramo eterno y efímero, bohemio y distendido, comprometido, loco y despierto.
Amable y crítico, plagado de sueños y esfuerzos.


Adios y hasta pronto, a todos y cada uno. Nos vemos en el camino.