Éxtasis

El corazón golpea fuertemente en el pecho, pero lo hace acompasado, controlando cada latido. El pecho baja y sube, las piernas se levantan una y otra vez, adueñándose de las aceras al ritmo de esa música. La música que te lleva a acelerar cada zancada, a sentirte como bailando sobre tus zapatillas. Porque en verdad así es como lo sientes, como si aunque no estuvieras inventando una coreografía en público cada movimiento de tus extremidades quisiera salirse impertinentemente del cuerpo en una danza llena de fuego. Sol y cortinas de aire sobre tu piel. La sensación deshace toda preocupación, toda prisa, todo agobio mañanero. Hay vistas hacia una ribera llena de verde contenido y oro del follaje seco por el calor, puentes de piedra que parecen llevar hacia otra época, hacia un lugar lleno de ladrillo desgastado y callejas intrincadas dominadas por el blanco. Blanco que se une con estructuras más ancianas de color leche manchada y un amarillo pétreo. Todo queda enfrente de mí y me parece que no falta nada, es una estampa maravillosa. Cuando vuelvo estoy feliz; sé que mañana voy a poder volver. Volver a quedarme extasiada.

Nacht.

Que la noche se lleve con ella; el miedo, la duda, la sensación de tiempo,
de que se nos escapara algo continuamente,
apenas prendido en la yema de los dedos.

Que la noche nos descubra; nos desnude, nos desate, nos invite
,a ser,
más humanos que nunca,
sueños de piel y huesos, 
con sed intensa de luna.