domingo, 13 de octubre de 2019

Gigante

Todo es camino de ida y de vuelta,
ahora amanezco y anochezco
a la misma hora.

Siento la luz filtrándose
y advirtiendo el otoño,
el sol y su incandescencia decreciente.

Me subo por las paredes
como parte de mi lucha.
Bocarriba en la cama, ya no maldigo
la secuencia de los días.

En mi pecho retumban voces
con cara y cuerpo conocidos.
Deshago la maraña dando la mano
a antiguos vicios, que ya no lo son.

El cielo sigue cayendo de vez en cuando
sobre nuestras cabezas.

Nos protegemos.
Creemos que todavía seguimos ahí:
en el refugio construido, en la jaula
disfrazada de escondite.
Debajo de las sábanas y con la persiana echada.
Pero no es así.

Hay un gigante enorme entre este otoño y otros.